martes, 14 de enero de 2014

Obra de teatro "Sin título"



SIN TÍTULO

(Cinco maneras de entender las desigualdades mundiales)


Alumnos de 1ºB de bachillerato IES Ortega y Gasset. Curso 2013/2014

Profesor:
Pedro Ramos

Autores:
Myriam Álvarez
Claudia Brasa
Alberto Campuzano
Carmen Coello
Damián Costoso
Laura Díaz de Neira
Javier Díaz
Martín Gonçálvez
Marina Gutiérrez
Sara Hernando
Gloria Iglesias
Ignacio Luján
Ariana Monticone
Samuel Monge
Paula del Moral
Blanca Mosquera
Estela Muñoz
Teresa de Pablo
Juan de la Peña
Beatriz Pulido
Lorena Pulido
Javier Pulido
Belén Sánchez
Ivanna Sobreviela
Ana Belén Torrejón





Personajes:

BANGLADESH
EMIRATOS ÁRABES UNIDOS
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA (USA)
SOMALIA
MÉDICO
PILOTO DE AVIÓN
ESPAÑA
HAITÍ
COREA DEL NORTE


Escenario dividido en dos partes: sala de espera de una consulta médica y consulta médica. En el tabique de separación entre ambos espacios, una puerta cerrada.  En la sala de espera, al fondo, una escalera de acceso. En la esquina más alejada, una máquina de café.





Cuatro países -BANGLADESH, EMIRATOS ÁRABES UNIDOS, USA y SOMALIA-, esperan sentados a ser llamados en la sala de espera. La parte de la consulta médica permanece en oscuro.

SOMALIA pálida y huesuda- tose, evidentemente enferma. BANGLADESH, luce una venda que recorre su cabeza y lleva un brazo en cabestrillo. USA viste tejanos, chaqueta vaquera y gorro de cowboy. EMIRATOS ÁRABES UNIDOS viste túnica blanca con diadema negra.

El médico asoma la cabeza por la puerta.

MÉDICO.- Somalia, por favor. Ya puede pasar.

SOMALIA.- Ya era hora. (Tose.) No sé ni el tiempo que llevo esperando.

USA.- Un momento, un momento; creo que voy yo.

SOMALIA.- Pero… Yo estaba antes.

USA lanza unos billetes de dólar al suelo y SOMALIA se lanza a recogerlos.

USA.- Veo que estamos de acuerdo en que todavía no es tu turno. (Guiña el ojo a SOMALIA y pasa a la consulta.)

SOMALIA.- (Recogiendo el dinero del suelo.) Si en verdad no tengo tanta prisa…

EMIRATOS ÁRABES.- (A BANGLADESH.) Oye, tú…

BANGLADESH.- ¿Yo?

EMIRATOS ÁRABES.- Sí, tú; sácame un café con leche de la máquina, anda.

BANGLADESH.- Sí, Señor. Ahora mismo, señor.

EMIRATOS ÁRABES.- (Tumbándose cómodamente sobre el asiento.) Que sea italiano, eh. Y rapidito.

BANGLADESH.- (Apresurado frente a la máquina de café.) Cómo no, señor. Inmediatamente, Señor.

SOMALIA.- (A EMIRATOS ÁRABES.) ¿Le sirvo yo algo, Señor?

EMIRATOS ÁRABES UNIDOS.- (Gruñendo.) Quita tú, y espera tu turno.

Regresa BANGLADESH con el café y se lo entrega con servilismo a EMIRATOS ÁRABES.

            BANGLADESH.- Aquí tiene, Señor; calentito… e italiano.

            EMIRATOS ÁRABES.- ¡Has tardado mucho! Tendrás sólo un tercio de tu recompensa (Saca una moneda del bolsillo de la túnica y la tira al suelo. BANGLADESH la recoge apresurado y comienza a besarle los pies a EMIRATOS ÁRABES.)

            BANGLADESH.- Muchas gracias, Señor, es usted bondadoso y justo conmigo. ¿Qué sería de mí sin usted y sin el Señor Estados Unidos?

            EMIRATOS ÁRABES.- (Apartando a BANGLADESH de sus pies.) Quita, quita; no te quiero ver delante. Y no me hables más de Estados Unidos… A saber lo que le está contando ahora al doctor...

Oscuro lento en la sala de espera mientras se hace la luz en la consulta del médico. USA descansa sobre un diván, apesadumbrado. El médico, de exageradas referencias freudianas, toma nota tras la mesa.

            MÉDICO.- Complejo de culpa, ya se lo he dicho muchas veces…

            USA.- Pero si yo… Si yo soy muy bueno. Si todo lo que hago es por el bien del mundo; cómo voy a tener complejo de culpa.

            MÉDICO.- Su subconsciente piensa de otra manera, es más… honesto, digamos.

            USA.- Desagradecidos que son, que no quieren darse cuenta de todo lo que hago por ellos. ¡Todo por su bien! ¿Y cómo me lo pagan, Doctor? Con malas caras, desvelos y pesadillas.

            MÉDICO.- ¿Pesadillas? ¿Ha vuelto a soñar?

            USA.- Sí, Doctor… Otra vez.

            MÉDICO.- ¿El del avión?

            USA.- Ése mismo. Como si fuera una película de Hollywood…

            MÉDICO.- Cuente, cuente.

Se hace una luz brumosa y onírica sobre la sala de espera, convertida en una cabina de avión -sillas en paralelo con el piloto al inicio manejando unos mandos-. USA dejará la consulta y se incorporará al sueño. La consulta del médico quedará en oscuro durante el sueño.

El primer asiento de la zona de pasajeros está vacío y será utilizado por USA, que se incorpora mientras habla el PILOTO. En la segunda fila de asientos, ESPAÑA; con gorro torero y chaquetilla de lunares. Separados de las primeras filas de asientos, en la parte trasera del avión, HAITÍ, con la ropa a jirones, y BANGLADESH. Al final de todo, solo, mudo, dando la espalda al resto, COREA DEL NORTE; vistiendo uniforme militar con cuello Mao.

            PILOTO DE AVIÓN: Estábamos sobrevolando el océano. Habíamos dejado Mogadisco hacía aproximadamente una hora. En los primeros asientos se encontraban los Presidentes de Estados Unidos y España, debatiendo nuevas formas de ganar dinero. Nos dirigíamos a una importantísima cumbre internacional. En la cola del avión, aislados de los presidentes del primer mundo, se encontraban los dirigentes de Haití y Bangladesh. Al final de todo, Corea del Norte.
La reunión que iba a tener lugar en la cabina del avión, antes de la cumbre, era de naturaleza rigurosamente secreta.

            USA.- Señores, os he citado en este avión, antes de la cumbre internacional, porque hay un asunto de extrema importancia que deberíamos de tratar; ya entendéis, por el bien de la economía global y nuestro futuro como planeta.

            ESPAÑA.- Lo que usted proponga, bueno será. De qué se trata.

            USA.- A nadie escapa que el mundo va muy mal, sólo tenéis que leer los periódicos.

            HAITÍ.- A mí me lo vas a decir.

            ESPAÑA.- Silencio, dejen hablar a Estados Unidos. Nadie le ha dado el turno de palabra, Somalia, cállese.

            HAITÍ.- ¿Somalia? Perdona, pero es que yo soy Haití.

            ESPAÑA.- Somalia, Haití, Etiopía… Qué más da.

            USA.- ¡Silencio! Lo que os tengo que comunicar es que en este avión no hay sitio para todos. Hay un problema de sobrepeso.

            HAITÍ.- Pues no seré yo.

            USA.- He hablado con Alemania, Rusia y China, y hemos concluido que uno de vosotros sobráis; que no hay sitio en este planeta para tanto país improductivo e ineficiente.
 
            BANGLADESH.- ¿Improductivo? Pero si todas las camisetas que llevamos puestas las he fabricado yo.

            USA.- ¡Silencio! Sois una lacra para el mundo civilizado, para la libertad y para la democracia. Antes de que lleguemos a la cumbre mundial, uno de vosotros será lanzado desde este avión y desaparecerá para siempre.

(Revuelo, murmullos, angustias de todos excepto de COREA DEL NORTE, que  permanece impasible, de espaldas.)

            USA.- Pero aún os podéis salvar; sólo uno sobra. Dadme razones para no ser comidos por los tiburones, venga, os escucho. Tenéis un minuto. Que gane el mejor. Haití, comienza tú, convénceme, ¿por qué deberías seguir existiendo?

HAITÍ.- Eh, bueno… yo… La verdad, no sé qué decir, ¿acaso puede haber una razón concreta…? En fin, creo que no debo irme yo porque he sufrido mucho por culpa de las catástrofes naturales y creo que me merezco una segunda oportunidad para poder sacar a mi gente adelante. Un poco de comprensión y solidaridad, sólo eso pido.

USA.- Toma nota, España. (ESPAÑA obedece, saca una libreta y escribe en ella.) Comprensión y solidaridad, eso ha dicho ¿Algo más?

HAITÍ.- Creo que no, Señor. Muchas gracias por darme esta oportunidad.

USA.- ¡Siguiente! Bangladesh, por ejemplo, ¿tú qué tienes que alegar? ¿Por qué no deberíamos de deshacernos de ti?

BANGLADESH.- Particularmente pienso que en ningún caso debería irme yo, dado que soy el mayor productor textil del mundo. Podríamos decir que vuestra industria no existe, y que está subcontratada en nuestro suelo.

USA.- No me vengas con tonterías. Sabes que podemos deslocalizarnos en cualquier momento e ir a… (Señala a HAITÍ.) Haití, por ejemplo.

HAITÍ.- Sí, por favor, sí. Explótenme, por favor…

BANGLADESH.- No, no… No, Señor, no me malinterprete. Sólo pido poder sobrevivir, y a cambio produciremos más y más barato todavía, se lo prometo.

USA.- Me gusta oír eso. Secretaria, apunte, apunte: “y más barato todavía”. (ESPAÑA toma nota.) España, su turno.

ESPAÑA.- Pero si yo soy la secretaria, no me dirá que yo también estoy en peligro.

USA.- Tú el que más. Qué tienes que alegar.

ESPAÑA.- En fin, intentaré improvisar algo. (Saca una hoja del bolsillo, se pone las gafas y comienza a leer con torpeza.) Buenos días a todos los presentes, y a usted, Excelentísimo Estados Unidos, especialmente. Antes de empezar, Haití… (A HAITÍ.) Sí, tú, Haití, ¿me podrías traer un relaxing cup of café con leche?

USA.- España, no sé si es bobo o se lo hace. Le queda un minuto, aprovéchelo.

ESPAÑA.- Eh, sí, perdón… (Lee con paródica solemnidad.) Eh, yo pienso que gracias a mi hermosa y singular cultura, a mi gastronomía llena de sabores y cualidades, a mí… a mí… (Para sí.) ¿Qué pondrá aquí?… A mí… (Le enseña el papel a BANGLADESH.) ¿Qué pone aquí?

BANGLADESH.- “Al respeto mayúsculo por la cultura y la educación”.

ESPAÑA.- ¿Eso pone? Cómo se le habrá ocurrido eso a mis asesores, ¡qué ocurrencia!

USA.- España, ¿sucede algo?

ESPAÑA.- Nada, nada. Como iba diciendo, gracias pues al respeto mayúsculo por la cultura y la educación, y a la belleza singular de nuestros paisajes y paisanajes, solicitamos al magno imperio norteamericano, amigos y colaboradores siempre fieles, la permanencia en este avión.

USA.- Bueno, bueno. Secretaria, transcríbase a sí misma. (ESPAÑA recoge el cuaderno y pega en él con saliva su discurso). Corea del Norte, su turno…

(COREA DEL NORTE ni se inmuta.)

ESPAÑA:- (A HAITÍ.) Qué raro es este tío, siempre tan abstraído… tan aislado.

HAITÍ.- Debe tener una gran vida interior.

USA.- Corea, me estoy empezando a cansar de tu actitud.

COREA DEL NORTE.- No pienso recibir órdenes del demonio imperialista.

USA.- Es imposible hablar contigo. Peor para ti. Secretaria… (Le indica a ESPAÑA, con un gesto, que escriba en el cuaderno una X junto al nombre de COREA DEL NORTE. ESPAÑA tacha con ostentación.) Bien, Señores, sin duda han dado su mejor imagen. Habrá que decidir, a ver… (Reflexiona. Retóricamente.) Y si fueran dos los países que sobraran…

BANGLADESH.- Pero… Ejem… Falta alguien por hablar.

USA.- Ah, sí, ¿quién?

HAITÍ- Falta usted, Señor… Sus argumentos para salvarse.

USA.- ¿Yo? ¿Argumentos? Yo soy el dueño del mundo, yo no tengo que darle explicaciones a nadie.

HAITÍ.- Por qué debería de salvarse usted, qué tiene acaso de bueno.

USA.- Haití, Haití, mira que te la estás jugando.

HAITÍ.- La verdad es que tengo ya tan poco que perder.

BANGLADESH.- Todos nosotros hemos expuesto nuestras virtudes y cualidades, por qué usted no. Ya lo ha oído, tenemos culturas ancestrales, recursos, materias primas, riqueza humana y usted se aprovecha de todo eso. Díganos: ¿qué aporta usted al bienestar mundial?

HAITÍ.- Si eres rico es gracias a nuestras penurias.

USA.- ¿De tú, me tratas de tú? No te permito que me hables así. Secretaria, tome nota. (ESPAÑA duda pero acaba escribiendo en el cuaderno.)

HAITÍ.- Pues yo creo que el que sobras eres tú. Corea, ven aquí un momento.

(COREA DEL NORTE se acerca amenazante, ladra como un perro rabioso.)

USA.- Pero… Cómo es posible. Eh, esto os costará caro.

HAITÍ.- Más caro que lo que nos ha costado ya.

BANGLADESH.- A ver, qué tienes para ofrecernos, qué puedes aportar.

USA.- Esto es inconcebible. No os lo permito.

BANGLADESH.- Que no tenga que soltar al perro, eh. Vamos a poner en común todo lo que tenemos en nuestros bolsillos.

ESPAÑA.- Uy, el comunista… Eh, yo, yo no tengo nada que ver con esto.

COREA DEL NORTE.- ¡Se acabó la tontería! Todo fuera de los bolsillos.

USA, amedrentado y a punto de llorar, comienza a sacar cosas de los bolsillos: chocolatinas, fajos de dólares, pistolas, botellas de whisky, unas zapatillas Nike.

BANGLADESH.- Ay, mira, esto lo hice yo. (Señalando las zapatillas.)

ESPAÑA.- (Coge un arma.) Ah, y esto yo.

USA continúa sacando cosas de los bolsillos: un teléfono móvil, una granada, cigarrillos, una hamburguesa gigante.

HAITÍ.- ¿Puedo coger, puedo coger?

BANGLADESH.- Calma, calma, ahora lo colectivizamos. Vamos a poner en común también lo nuestro. ¿Tú qué tienes?

HAITÍ.- Yo es que apenas tengo nada… Unos frutos tropicales. (Saca del bolsillo dos mangos podridos.)

BANGLADESH.- Perfecto; yo tengo unas tijeras, un mechero y un casco roto. ¿España, tú qué tienes?

ESPAÑA.- ¿Yo? No, yo nada… Estoy en crisis, ya lo sabéis; bueno, deuda pública si queréis.

BANGLADESH.- Cómo que nada, no nos engañes. Serás canalla. Saca todo lo que tengas escondido o te suelto al perro. (COREA DEL NORTE ladra.)

España saca de debajo de los calcetines, de la entrepierna, de los codos… sobres y más sobres con dinero.

HAITÍ.- (Exultante.)Todos los recursos para todos; todo para todos.

BANGLADESH.- Cada cual en función de sus capacidades a cada cual en función de sus necesidades.

ESPAÑA.- Pshhh, te la estás jugando, no digas esas cosas en voz alta.

USA.- Creo que deberíamos negociar. Lo que yo he conseguido a lo largo de todos estos años es gracias a mi esfuerzo y a mi superación. Yo me he hecho a mí mismo; he sido atrevido e inteligente, me lo merezco. ¿Por qué voy a tener que pasar hambre por vuestra culpa? Cada uno en función de lo que tenga y haya conseguido; eso es lo justo para un ser humano libre. Cada uno con lo suyo y dios en la casa de todos.

ESPAÑA.- Chicos, tranquilos, yo creo que deberíamos llegar a algún acuerdo conjunto y ayudarnos los unos a los otros para poder salir de aquí. (Se vuelve a meter disimuladamente los sobres al bolsillo.) Yo no tengo nada, pero con lo que tenéis vosotros es suficiente para todos.

COREA le ladra con ira y ESPAÑA deja los sobres, asustado.

BANGLADESH.- Colectivizaremos los bienes, no hay más que hablar.

ESPAÑA.- Dejadme un minuto a solas con USA. Vamos a ver si llegamos a un acuerdo.

ESPAÑA se va con USA al fondo del avión…

ESPAÑA.- ¿Qué tal si engañamos a estos pardillos diciéndoles que todos los recursos son para todos y en cuanto se den la espalda… (Le muestra una pistola.) y nos quedamos con todo?

USA.- (USA le coge la pistola y la esconde.) España, no esperaba menos de ti. Recibirás tu compensación por esta heroica intervención; tenlo por seguro.

ESPAÑA.- ¿Una insula?

USA.- En el momento en que pongamos pie en tierra, Cuba es tuya.

ESPAÑA.- Yupi…

USA.- (A todos.) Reunión, reunión...

Se acercan todos los países.

USA.- He tomado una decisión. Cederé todos mis bienes por el beneficio del planeta. Colectivizarmos todos nuestros recursos.

TODOS.- Bien, hay que celebrarlo, por fin, todo es de todos…

BANGLADESH.- (A ESPAÑA.) Vaya, pues sí que le has convencido.

ESPAÑA.- Tacto que tiene uno… Ya sabes, capacidad de persuasión.

COREA DEL NORTE.- Yo no me creo nada, es una estratagema imperialista para aplastarnos.

ESPAÑA.- Corea, tú siempre tan desconfiado.

HAITÍ.- Comencemos con la colectivización. Yo voy cogiendo un par de chocolatinas que me muero de hambre.

BANGLADESH.- Yo me cojo una camiseta nueva de C&A. Tantas que he hecho y nunca me he probado ninguna. Corea, coge algo…

COREA DEL NORTE.- (Con dudas.) A ver… Uy, este kalashnikov…

Mientras el resto de países elige objetos del fondo colectivizado, USA saca la pistola.

USA.- Todos quietos. Pensabais que os saldríais con la vuestra, ¿eh? Dales la mano y te comen el brazo…

ESPAÑA.- Eso, eso, cría cuervos y…

USA.- ¡Silencio! Antes estaba dispuesto a que sólo desapareciera un país, y así me lo agradecisteis. Ahora los tres seréis eliminados. Secretaria, abra la puerta del avión…

COREA DEL NORTE.- Os lo dije, os lo dije y me llamasteis paranóico. ¿Por qué nadie me cree nunca…?

ESPAÑA abre la puerta del avión. Justo en ese momento el avión sufre una fuerte sacudida. Todos los personajes caen al suelo. Luces intermitentes y sonido de caída al vacío. Los personajes se abrazan y mímicamente gritan y se desesperan. USA se reincopora y mientras habla el PILOTO, se acerca a la consulta y se tumba en el diván.

PILOTO.- De repente, una fuerte sacudida desvió el rumbo del avión y empezamos a descender bruscamente. Los dos motores se habían incendiado al mismo tiempo. Di nuestra útlima posición por radio e informé a las torres de control más cercanas del impacto inminente. (Cogiendo un micrófono y dirigiéndose al pasaje.) Señores, creo que no hay solución. Los motores, el avión, el planeta, lo que ustedes quieran; todo está destruido. Ha sido un placer.

El PILOTO se pone un paracaídas y se lanza al exterior. Se incrementa el volumen del sonido de la caída en picado del avión, entremezclándose con los gritos de pánico que emiten los países.

Se va haciendo el oscuro en la cabina del avión mientras se ilumina la consulta del médico.

USA.- Y justo en ese momento, Doctor, me despierto.

MÉDICO.- Entiendo; entiendo.

USA.- ¿Qué puede ser? ¿Es grave?

MÉDICO.- (Apuntando algo en una libreta.) Complejo de culpa, ya le digo.

USA.- ¿Y cómo se cura?

MÉDICO.- Ya conoce mi opinión. En su caso lo mejor es que se tome unas pequeñas vacaciones y que deje de venir al médico; psicoanalizarse puede ser contraproducente.

USA.- ¿Estoy sano, entonces?

MÉDICO.- No exactamente, pero si usted quiere creer que lo está…

USA.- (Levantándose feliz del diván.) Muchas gracias, Doctor, no sabe cuánto me ha ayudado. Seguiré entonces siendo bondadoso y justo con el mundo; aunque no me lo agradezca. ¡Salvaré al planeta!

MÉDICO.- Eso, eso; usted a lo suyo. (Hace un gesto, que USA no ve, con el dedo en la sien, indicando la locura del paciente.) Cuando salga llame a Bangladesh, por favor.

Sale USA de la consulta, sonriendo. Se hace la luz en la sala de espera (de nuevo escenificada) y el oscuro en la consulta del médico.

USA.- Qué buen médico éste, qué agustito me he quedado.

SOMALIA.- (Tosiendo.) ¿Es grave?

USA.- Ni un poco.

BANGLADESH.- ¿Qué le ha recetado, Señor?

USA.- Descanso, mucho descanso; y perseverancia.

BANGLADESH.- ¿Descanso? A ver si me prescribe a mí también eso.

USA.- ¿Tú, descansar? Anda, no digas tonterías. Por cierto, Bangladesh, dice el doctor que es tu turno; que ya puedes pasar.

BANGLADESH.- (Levantándose.) Por fin.

EMIRATOS ÁRABES.- Creo que me toca a mí. (Lanza una moneda al aire. BANGLADESH Y SOMALIA se apresuran a cogerla, peleando entre ellos. Mientras, EMIRATOS ÁRABES, con solemnidad y calma se levanta y se dirige a la puerta de la consulta.)

BANGLADESH.- (Cogiendo la moneda.) ¡Yuhú, ya soy rico otra vez!

EMIRATOS ÁRABES entra en la consulta y USA se dirige a la salida.

USA.-  (A punto de encarar la escalera.) Bueno señores, yo ya me voy… (Observando la sala. Para él mismo.) Aunque, ¿de quién me estoy despidiendo? Con quién estoy hablando, si ya no hay nadie aquí.

Se quedan solos en la consulta SOMALIA y BANGLADESH. Silencio.

SOMALIA.- Es injusto que tengamos que aceptar ese dinero como si fuese caridad.

BANGLADESH.- Si tuviéramos más ayudas.

SOMALIA. Tenemos que apoyarnos entre nosotros para no tener que recibir sus ayudas.

BANGLADESH.- Tienes razón, pero…

SOMALIA.- Por qué no nos asociamos y compartimos nuestros recursos en vez de dejar que nos roben desde el primer mundo…

Entra ESPAÑA en la sala de espera.

ESPAÑA.- Buenos días.

SOMALIA y BANGLADESH.- Buenas. Hola.

ESPAÑA se sienta y ojea las revistas.

BANGLADESH.- (A SOMALIA.) ¿Y éste que tendrá?

SOMALIA.- Vendrá a por una baja, como siempre. Y, por cierto, que no te he preguntado, tú hoy por qué has venido.

BANGLADESH.- Lo de siempre, porque me duele mucho la espalda de tanto trabajar.

SOMALIA.- ¿Trabajar? Qué suerte, yo es que hace mucho que no…

BANGLADESH.-  Por no hablar de las manos, es como si ya no las sintiera. (Muestra sus manos a SOMALIA.)

SOMALIA.- ¿Y esos callos?

BANGLADESH.- (Mirándose las manos.) Tienen mala pinta, ¿no?

SOMALIA.- (Asintiendo.) ¿Y por qué no usas guantes?

BANGLADESH.- HyM y Zara siempre dicen que me los va a dar; pero nunca llegan.

SOMALIA.- ¿Y no eres muy joven para trabajar?

BANGLADESH.- No; ya tengo siete años… Tengo que llevar dinero a casa.

SOMALIA.- ¿Dinero? Qué suerte. Yo es que hace mucho, que…

BANGLADESH.- (Señalando a ESPAÑA.) Éste, sin embargo, sí que tiene dinero. (A ESPAÑA.) Perdone que le moleste. Le puedo hacer una pregunta.

ESPAÑA.- (Que lee una revista del corazón.) Sí, dígame.

BANGLADESH.- Le puedo preguntar por la causa de que haya venido hoy al médico.

ESPAÑA.- Ay, si yo te contara… ¡Alemania!

SOMALIA.- ¿Alemania?

ESPAÑA.- Alemania, sí, como oyes. Otra paliza…

SOMALIA.- ¿Otra más?

ESPAÑA.- Otra.

SOMALIA.- Es que, ¡cómo es Alemania!

BANGLADESH.- Es insaciable. (A ESPAÑA.) ¿Y qué le suele decir el médico cuando le cuenta que Alemania le ha pegado otra paliza?

ESPAÑA.- ¿El médico? Pues que no robe, que si no tengo que no gaste, que administre bien mi patrimonio, que recorte un poquito por aquí y otro poquito por allá… Pero bueno, a mí mientras que me dé la baja…

Sale de la consulta EMIRATOS ÁRABES.

EMIRATOS ÁRABES.- Excelente, un médico excelente… (Se va, digno.)

ESPAÑA.- Espere, espere, con usted tenía yo que hablar de ciertos negocios. (Corre tras EMIRATOS ÁRABES y sale de la sala de espera.)

BANGLADESH.- Te toca…

SOMALIA.- No, tú delante…

BANGLADESH.- Por favor, tú llegaste antes…

SOMALIA.- No, tú, por favor, lo tuyo es más urgente.

Mientras, el médico coloca sobre la puerta un cartel: CONSULTA CERRADA.

MÉDICO.- (Con indiferencia, antes de entrar en la consulta y cerrar la puerta.) La consulta se cierra hasta mañana.

(Silencio, BANGLADESH y SOMALIA se miran, perplejos.)

BANGLADESH.- Bueno, otro día más sin ser atendidos.

SOMALIA.- (Saca una manta de una mochila.) Otra noche más durmiendo aquí. (Tose.)

BANGLADESH.- No te preocupes, mañana seguro que nos atienden.

SOMALIA.- Pues yo cada vez me siento más débil.

BANGLADESH.- Tú aguanta, ya verás como mañana…

SOMALIA.- Mañana…


Se hace el oscuro. TELÓN





1 comentario:

  1. Cuaderno de Bitácora:
    Debería estar haciendo una reflexión sobre Maquiavelo pero estoy abrumada y me ha parecido mejor venir aquí a cotillear.
    PD: sigues siendo el mejor profe del mundo mundial.

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